El
cuerpo cambia, hay que aceptarlo.
Cuesta,
porque no sabemos como ha pasado de ser un cuerpo bastante majo y
considerable, a ser un cuerpo de mamá, con su tripa hinchada según
van pasando las horas del día, y al llegar la noche parece que nos
hemos tragado el cojín con más relleno del sofá
Es
verdad que con un poco de gimnasio, podría bajarse esta parte del
cuerpo llamada “TRIPA”, pero yo reconozco que después de un día
agotador en el trabajo y de una tarde atareada con mis “criaturas
celestiales”.... el tiempo de ir al gimnasio seria para ir a ayudar
a echar el cierre del local.
Dietas,
esa es otra opción muy saludable... pero con tanta chavalería por
casa.... me suelo comer las sobras ya que se cocina para un
Restaurante con estrella michelín.
Pero
podría intentarlo. Es uno de mis propósitos cada año nuevo.
De
momento no veo mucha arruga en mi rostro, creo que será genético.
Pero
las lineas de una cara juvenil ya se quedaron en la época
universitaria.
Mi
cara no muestra los 40 , quizá los 37... a oscuras los 35.
Mi
rostro es redondo.... y ya por la calle todo el mundo me llama
“SEÑORA”
EN
RESUMEN:
Debo
aceptar mi tripita, que es mágica, por la mañana podría decirse
que es de una actriz sexy de Hollywood, pero por la noche...se
convierte en la de Homer Simpson.
Debo
sacarle partido a lo que “retengo”. Debo aceptar mi edad.
Debo … Debo... Debo....
Que
difícil es aceptar una imagen de si mismo que no se reconoce en el
espejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario